El PP estaba dispuesto a apoyar el presupuesto, y eso que lo consideramos muy flojo. Hubiera bastado con que el gobierno demostrara una actitud de diálogo y aceptara algunos cambios. Pero no, han preferido ignorarnos y en lugar de hacer una tramitación normal, hacer una farsa.

El presupuesto es tan flojo que el principal argumento que utilizó el Alcalde para presentarlo fue apuntarse el mérito del superávit de 1,5 M€ del año 2015. Patético. Cuando los datos son malos la culpa es del anterior gobierno, pero cuando son buenos se debe a los 6 meses que ellos gobernaron en 2015. Es gracioso, por no decir otra cosa.

Pero el tripartito no se ha conformado con despreciar al PP, también ha arremetido contra los representantes de los trabajadores porque han criticado las decisiones que tienen que ver con la plantilla municipal. El gobierno está en su pleno derecho de no aceptar las peticiones sindicales, incluso de tener mala opinión de ellos, pero salir a la palestra pública como han hecho David y Vanessa para decir que un determinado sindicato hace política, es un error mayúsculo.

Uno puede pensar lo que quiera, pero decirlo en público cuando eres gobierno es una imprudencia que no te puedes permitir. Al gobierno se llega con algunas nociones mínimas aprendidas, como es respetar a la oposición y a los sindicatos.

Esta mañana nos hemos reunido con la Conselleira de Infraestruturas e Vivenda y tenemos que agradecerle, una vez más, su receptividad para incorporar mejoras al proyecto de la PO-308. La Plataforma le ha propuesto la ampliación de aceras y habilitar más cambios de sentido, entre otras mejoras.

Más adelante valoraremos el flojo presupuesto que ha presentado el gobierno de Sanxenxo, pero antes queremos denunciar el desprecio con el que el tripartito está tratando a la oposición en la tramitación de este documento. Después de retrasar el presupuesto durante 6 meses, ahora al gobierno le entra la prisa y pretende hacer una tramitación exprés, celebrando una única Comisión de Contas antes de su aprobación en el Pleno del próximo lunes.

Una tramitación de 5 días: 2 días desde que nos entregan el presupuesto (martes) hasta la Comisión de Contas (jueves por la mañana) y 3 días más, incluyendo sábado y domingo, hasta su aprobación en el Pleno. Esto es tratar a la oposición como si fuera un “convidado de piedra”.

Lo habitual es presentar el presupuesto un mes antes de aprobarlo. Por tanto, qué menos que dediquen 12 días a su tramitación, dando tiempo a celebrar dos Comisiones de Contas. En la primera gobierno y oposición tantean posibles cambios/enmiendas y en la segunda se concretan para después llevarlo al Pleno. Ese fue el compromiso del Alcalde en el Pleno de septiembre, cuando presentamos una moción sobre el presupuesto. Entonces se comprometió, como podéis leer en el acta de aquel Pleno (pinchando AQUÍ, págs. 19 y 20), a hacer partícipe al Partido Popular, incluyendo alguna enmienda o propuesta nuestra.

Una vez más, los hechos del Alcalde difieren de sus promesas. Este iba a ser el gobierno del diálogo y la transparencia, venían a regenerar la política. En política los procedimientos son tan importantes como el fondo. Un gobierno que no respeta a la oposición demuestra debilidad y se retrata ante la opinión pública. El tripartito solo nos deja una opción, pero allá ellos porque tendrán que dar cuenta ante los vecinos. Desde luego el PP no se va a prestar a participar en una farsa o simulación.

El gobierno del Sr. Pita ha necesitado un año para concluir el expediente de los terrenos del nuevo colegio de Vilalonga, documento que ya se encontraron en marcha cuando ellos tomaron posesión. Eso es eficacia y lo demás es una broma.

En julio de 2015 aprobamos en pleno el expediente de expropiaciones que fue recurrido por dos propietarios. Pues desde entonces hasta febrero el gobierno fue incapaz de resolver los recursos presentados. Los que no conozcáis los procedimientos administrativos debéis saber que en 15 días se podían haber resuelto los recursos; si queréis, para más seguridad, en un mes. Pero tardar 6 meses solo es posible cuando, en lugar de un gobierno eficaz, hay 8 concejales sin rumbo.

Curiosamente, la prisa que ellos no se dieron, ahora se la exigen al Conselleiro de Educación. Primero de todo, vamos a ver cuándo realmente se ponen los terrenos a disposición de la Xunta y, segundo, que los técnicos de la Consellería comprueben que todo está bien, porque andando el tripartito por medio todo es posible.

Como el tripartito prefiere la propaganda a la eficacia, ya se ha ocupado de informar que, en un acto institucional, la concejala y el alcalde aprovecharon para abordar al Conselleiro de Educación. Con este encuentro, a salto de mata, el tripartito ya considera que ha hecho todo lo que tenía que hacer para que en el próximo presupuesto la Xunta contemple la construcción del nuevo colegio. Es de risa, por no decir otra cosa.

Un gobierno del PP empezaría por reunirse con los profesores y los padres de los alumnos para, a partir de esas conversaciones, redactar una memoria con las necesidades del nuevo colegio. Una vez hecho el documento, se reuniría con la Consellería para sentar las bases de un proyecto. Pero cuando la propaganda es más importante que la realidad, basta con aparentar que se hacen las cosas en lugar de hacerlas bien.

Mis detractores también han intentado responsabilizarme de otros dos asuntos urbanísticos posteriores a mi gestión. Es el caso de los 3,8 M€ que el Concello está devolviendo a los propietarios del suelo 13 en Monte Faro y la reclamación de los propietarios de la zona verde en la rúa das Cunchas. Las consecuencias del primer caso y las que se puedan derivar del segundo, pendiente de sentencia, nada tienen que ver con mi gestión puesto que dejé la alcaldía en diciembre de 2006.

En mayo de 2011, una sentencia del juzgado del contencioso administrativo nº 3 de Pontevedra obliga al Concello a devolver 3,8 M€ a las promotoras dueñas del suelo urbanizable 13 en Monte Faro. En este asunto se cometieron dos errores. El primero, no presentar el recurso de apelación a tiempo y, el segundo, de consecuencias  mayores, firmar un convenio que el Concello no fue capaz de cumplir y por ello fue condenado a devolver los 3,8 M€. (Podéis consultar esta sentencia pinchando AQUÍ).

El 2 de marzo de 2007 el Concello firmó un convenio con las promotoras  propietarias del suelo 13 por el que se comprometía a aprobar el plan parcial antes de un año y, en caso de no hacerlo, a devolver los 3,8 M€ que ingresaba a través de ese convenio. Transcurrido un año, el Concello no aprobó el plan parcial como se había comprometido. De hecho, el primer paso, que es la aprobación inicial, no se hace hasta 10 meses después de firmar el convenio, el 17 de enero de 2008.

1 año y 4 meses después de la aprobación del convenio, la Xunta cambia la legislación (1 de julio de 2008), lo que impide aprobar el plan parcial tal y como preveía el documento firmado entre el Concello y las promotoras. No se entiende cómo el Concello no fue capaz de aprobar el plan parcial en 1 año, tal y como se había comprometido. Pero mucho menos aún, que tampoco lo hiciera en 16 meses, antes de que el cambio legislativo lo impidiera definitivamente.

El Concello, en lugar de asumir que había sido el responsable de incumplir el convenio y, por tanto, buscar una solución pactada con la otra parte, decide unilateralmente dar por resuelto el acuerdo e interpretar que no tenía que devolver los 3,8 M€ porque se trataba de una “cesión voluntaria”.

Ante esta situación las promotoras deciden reclamar en el juzgado el dinero que habían pagado al Concello. La sentencia les da la razón, reconociendo que no había habido “cesión voluntaria” del dinero, como argumentaba el Concello, sino que éste había incumplido el convenio firmado en marzo del 2007. Es evidente, por tanto, que si no se hubiera incumplido el convenio o, en su defecto, se hubiera buscado un nuevo acuerdo con las promotoras, ahora el Concello no tendría que estar devolviendo los 3,8 M€.

Otro asunto que tampoco se ha gestionado adecuadamente y que, antes o después, la pelota volverá al tejado del Concello, es la reclamación en los tribunales de una exagerada indemnización en compensación de una zona verde en la rúa das Cunchas.

En mayo del 2011 el Tribunal Supremo desestimó un recurso de esta familia que quería evitar que ese terreno fuera zona verde. Una vez ganada esa batalla, que era la principal, el Concello tendría que haber abierto una negociación con los propietarios para acordar, bien un precio de adquisición u otra compensación suscrita entre las dos partes. No fue así y los propietarios decidieron reclamar en los tribunales por lo que, antes o después, el Concello tendrá que asumir la gestión que en su momento no quiso hacer.

Para finalizar el último comentario de esta serie, quiero referirme a un asunto del que, casualmente, mis detractores nunca quieren hablar. Me refiero a la compra del puerto deportivo y su transformación. Todas las obras que se hicieron en el puerto, parking incluido, costaron 10 M€ y ya están pagadas íntegramente. No les han costado ni un solo euro a los vecinos de Sanxenxo, ya que se ha pagado con los beneficios obtenidos de la explotación de los locales comerciales, los amarres y el parking.

Y aún quedan muchos años de concesión en los cuales Nauta generará beneficios que supondrán un ingreso extra anual para las arcas municipales. Eso sin contar lo más importante: que Sanxenxo ha transformado un espacio de 40.000 m², que antes estaba deprimido, en una zona de alta calidad urbana que ha revitalizado los negocios y bares de la zona.

Pero es evidente que sobre la creación de Nauta y la gestión del puerto, no quieren hablar mis detractores. Incluso algunos de ellos se dedican a jugar con las esperanzas de Portonovo al anunciar un proyecto similar en la villa marinera. Ojalá fueran capaces de hacerlo, pero mucho me temo que aunque gobernaran 50 años seguidos no lo conseguirían. Una cosa es predicar, con dibujitos e infografías, y otra muy distinta es saber cómo se financia y cómo se gestiona un proyecto similar al que hicimos en el puerto de Sanxenxo.

Muchas gracias por vuestra atención, especialmente porque soy consciente de que han sido comentarios largos y con demasiados datos, pero he intentado ser lo más riguroso posible.

La segunda gran mentira que dicen mis detractores es que dejé arruinado el Concello. Sin embargo, los datos no dicen eso. Empezaré haciendo una comparación de la deuda. En 2005, el último presupuesto que aprobé como alcalde era de 58 millones de € y la deuda de 12 millones de €, es decir, suponía el 20% del total del presupuesto. A finales del 2015 la deuda era de 10 millones de € en un presupuesto de 31 millones de €, por tanto el 32% del total, 12 puntos superior con respecto a la del año 2005.

Otra manipulación es la de los supuestos “pufos urbanísticos” que han obligado al pago de indemnizaciones y costas judiciales. Tampoco en este caso los datos sostienen las acusaciones. En los 3 primeros años, desde la aprobación del Plan Xeral de Ordenación Urbana (2003), se presentaron 54 recursos, de los cuales 52 fueron favorables al Concello.

Posteriormente se interpusieron otros 12 recursos, de los cuales en 9 los tribunales le dieron la razón al Concello y son:

• Enero 2008, sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que desestima el recurso de un particular que no nombraré.
• Junio 2010, sentencia del TSXG contra de la decisión de la Xunta de anular el suelo urbanizable 22 en Major.
• Septiembre 2010, sentencia del TSXG que desestima el recurso de la Xunta sobre el suelo urbanizable 25 en Noalla.
• Marzo 2011, sentencia del TSXG que desestima 5 recursos de Salvemos Pontevedra sobre los suelos 1 y 8 en Dorrón y 6, 7 y 23 en Soutullo, A Lanzada y Major, respectivamente.
• Mayo 2011, sentencia del Tribunal Supremo que desestima el recurso presentado por los Rocafort sobre la calificación de zona verde en la rúa das Cunchas.

Sin embargo, en otros 3 recursos los tribunales le quitaron la razón al Concello:

• Junio 2012, T. Supremo desestima el recurso del Concello contra la anulación del TSXG del plan parcial del suelo urbanizable 5 en Padriñán.
• Octubre 2013, T. Supremo desestima el recurso del Concello contra la anulación del TSXG del plan parcial del suelo urbanizable 19 en Cabicastro.
• Febrero 2015, sentencia del TSXG que anula el plan parcial del suelo urbanizable 14 en Monte Faro, aprobado en 2009.

Mañana continuaré, explicando la sentencia que obliga al Concello a devolver 3,8 millones de € a los propietarios del suelo urbanizable 13 en Monte Faro.

A los mediocres que se esconden detrás de excusas como la de que “no hay dinero”, tengo que recordarles que cuando nosotros llegamos al gobierno, el 3 de julio de 1999, tampoco había una peseta en la caja y no por ello dejamos de hacer cosas. Pero con una gran diferencia con respecto a la situación actual, que entonces el presupuesto era de 6 millones de euros y ahora, pese a la crisis, es de 31 millones de euros, cinco veces más. Es evidente que con más dinero siempre se pueden hacer más cosas.

Pese a las limitaciones en los primeros días de gobierno, fuimos capaces de poner en marcha un plan de choque de limpieza, reorganizar el tráfico de las villas de Sanxenxo y Portonovo e impulsar mejoras en los colegios valoradas en 600.000 €. Sería largo de contar cómo pudimos hacer estas cosas y otras durante el verano de 1999, por lo que lo dejo para otra ocasión.

La sede de la Policía Local era un cuartucho oscuro y húmedo en los bajos del antiguo Concello, un edificio que daba pena. Servicios Sociales (y ahí está la gran Milagros para confirmarlo) estaba en otro cuartucho al lado de la Policía. En unos meses la Policía Local estrenó su actual sede y poco después Servicios Sociales se trasladó a un edificio propio, totalmente reformado, en Portonovo.

Una vez reubicados estos servicios, nos pusimos a trabajar para hacer posible la nueva Casa Consistorial. Primero, adquiriendo el terreno que tapaba al viejo Concello, de forma que la fachada principal del Consistorio diera a la avenida de Madrid. Posteriormente, diseñando y equipando un edificio moderno que, a diferencia del antiguo, nos representa dignamente, es amplio y accesible para discapacitados.

En los 4 primeros años hicimos el Centro de Día, el primero de titularidad municipal de toda Galicia. La primera guardería. Las bibliotecas de Portonovo y Vilalonga, que hasta entonces no tenían, y trasladamos la de Sanxenxo, que era pequeña y cutre, al Pazo Emilia Pardo Bazán. Se creó la Escuela de Música Municipal, el Centro de Arte y muchas otras actividades culturales; se invirtió un millón de euros más en mejoras de los colegios y se sustituyeron todas las marquesinas del municipio sin coste alguno para las arcas municipales. Hay un dato que lo dice todo: cuando llegamos al gobierno el gasto social del Concello era de 360.000 € anuales. Cuando lo dejé era de 4,9 millones de euros.

Sanxenxo pasó de tener 1 bandera azul (Silgar) a tener 11, con el esfuerzo que supuso lograrlo, convirtiéndose así en el municipio de España con más banderas azules. Dotamos de saneamiento y abastecimiento de agua a más de 2.000 viviendas del rural. Asfaltamos 60 km de pistas. Cambiamos la red de pluviales de las 3 villas. Renovamos los planos y material de promoción turística, se hizo el primer vídeo de promoción, la web y un stand propio para las ferias de turismo.

Además, hicimos proyectos importantes que los mediocres califican de faraónicos porque, sencillamente, ellos son incapaces de realizarlos. Como la piscina municipal, muy demandada. El Pazo Emilia Pardo Bazán. La mejora de las carreteras de Adina, Noalla, Padriñán y Nantes. La reforma de la calle principal de Vilalonga, su plaza y la carretera de la Iglesia. Además de dotar a Vilalonga de 50.000 m² de suelo para equipamientos en O Revel. El paseo marítimo de Baltar, la reforma de Rafael Picó, la avd. de Pontevedra y numerosas calles más de Portonovo. El paseo de Silgar, la avd. de Madrid, la rúa dos Barcos y Augusto González Besada en Sanxenxo. Incorporamos al patrimonio municipal A Telleira de Vilalonga, Pazo de Quintáns, Casa de Don Fernando, Casa do Priorato de Arra y el Parque Punta Vicaño, sin que hubiera que gastar 1 € de las arcas municipales. Además de la compra del puerto deportivo y la reforma de todo su entorno.

¿A cuál de estos proyectos renunciarían los que los califican de faraónicos? La respuesta es muy sencilla y se llama envidia.

Hay políticos que, para compensar sus limitaciones, se dedican a difamar a sus rivales e incluso a sus compañeros de partido. En el primer caso porque son incapaces de ganarles las elecciones y en el segundo porque les acompleja la comparación.

En los 8 años que he estado fuera de la política de Sanxenxo, primero como concejal en Pontevedra y luego como diputado en Madrid, algunos políticos han intentado manchar mi gestión como alcalde. Nunca les he prestado demasiada atención porque se trata de mediocres a los que les mueve la envidia o el rencor.

Por supuesto, la mayoría de los vecinos no se han creído sus mentiras, de lo contrario no hubiera sido el candidato más votado (con el 41%). Sin embargo, hay muchos vecinos que tienen menos de 30 años y que durante mi etapa de alcalde eran muy jóvenes para ser conscientes de la gestión que realizamos. Es a ellos a los que han intentado intoxicar con versiones manipuladas de la realidad.

Detrás de las difamaciones está un pequeño grupo de políticos cuyos intereses el tiempo ha unido. Es el caso de un viejo rival, al que todavía le escuece la derrota electoral y algún rival más reciente con pocas ideas y menos capacidad de gestión. Dos son las mentiras que intentaron difundir: que dejé arruinado el Concello y que solo hago proyectos faraónicos como rondas y túneles.

En los comentarios de los próximos días desmontaré, con datos concretos, ambas mentiras. Empezaré recordando que, antes de hacer lo que ellos califican de “proyectos faraónicos”, cambiamos la política social del Concello de arriba a abajo, creando un organismo específico para gestionarla que es Terra Sanxenxo y dotándolo, entre otros equipamientos, del Pazo Emilia Pardo Bazán. Pero de esa parte no les interesa hablar.

El cuatripartito empezó la legislatura ofreciendo muy buenas palabras a todo el que se reunía con ellos. Aunque las reuniones fueran con colectivos muy distintos, la consigna siempre era la misma: “ahora tenemos que centrarnos en los turistas, pero no te preocupes que eso que me pides lo solucionaremos después del verano”.

Pasó el verano y el gobierno siguió sin atender las demandas, por lo que decidió comprar más tiempo con el argumento del nuevo presupuesto: “no te preocupes, que el presupuesto incluirá dinero para lo que me comentas”. Pero llegó final de año y el presupuesto seguía sin aprobarse, por lo que la credibilidad del gobierno empezó a caer en picado. A pocas semanas de cumplirse el primer año del mandato, solo los más fans albergan alguna esperanza.

Para frenar la creciente desilusión, el gobierno decide insistir, una vez más, en su estrategia de comprar tiempo, de huir hacia delante. Así, en las últimas entrevistas, el Alcalde viene avisando de que nadie espere gran cosa del presupuesto de 2016 y que lo bueno vendrá en el 2017. Veremos lo que dice en su momento.

Y así, entre foto y foto, el Sr. Pita va dejando pasar los meses sin ocuparse de los problemas de Sanxenxo.

El año pasado Sanxenxo tuvo 12 banderas azules. Un desprendimiento de rocas en la playa de Paxariñas y unas mejoras en la de Caneliñas impidieron mantener las 14 banderas que se habían obtenido en 2014. Este año recuperamos la bandera azul de Paxariñas, pero inexplicablemente no la de Caneliñas. Y, lo que es más grave, perdemos una nueva bandera azul, la de la playa de Areas, uno de los arenales más visitados.

También hemos perdido la distinción de sendero azul que tenía el paseo marítimo que transcurre entre la playa de Caneliñas y el puerto deportivo de Sanxenxo. En lugar de mejorar (o, al menos, mantener las 14 banderas azules), la gestión del tripartito hace retroceder a Sanxenxo, que pierde una bandera azul de la importancia de la playa de Areas y no recupera la de Caneliñas, que lució durante 13 años seguidos entre 2002 y 2014.

Hay que recordar que en el año 1999, cuando el PP llegó al gobierno local, Sanxenxo sólo tenía 1 bandera azul, la de Silgar. Cuatro años después alcanzamos las 11 banderas azules y unos años más tarde llegamos a las 14 que, ahora, el nuevo gobierno ha sido incapaz de mantener.

Si el Alcalde tuviera vergüenza política daría la cara y explicaría por qué Sanxenxo ha perdido 2 banderas y un sendero azul. Pero mucho nos tememos que, igual que hizo con la suspensión de la Festa da Raia, dejará que la concejala socialista se coma el marrón. Él solo está para las buenas noticias.