Un engaño de 14 meses
El tripartito intenta involucrarnos en sus errores diciendo que se alegra de que coincidamos con el gobierno en la opción de terminar el edificio social de O Revel como solución a la Cultural de Vilalonga.
El Partido Popular no ha cambiado de opinión, hace mucho que piensa que la solución para la Cultural y la biblioteca pasaba por la zona de O Revel. Es el tripartito el que ha dado un giro de 180 grados después de 14 meses de engaños a los vecinos de Vilalonga. La primera opción del Sr. Pita fue comprar el local que ocupa la Cultural, para lo cual, unos dÃas antes de las elecciones, firmó una opción de compra. El precio firmado fue de 800.000 € más IVA, dato que entonces no quiso hacer público y que hemos conocido recientemente. Pero, además, se atrevió a firmarla en unas condiciones éticamente muy discutibles y de dudosa legalidad:
1.  Primero, es muy cuestionable que un candidato, que entonces no ocupaba ningún cargo en el gobierno, firmara una opción de compra contando con el dinero de los vecinos de Sanxenxo.
2.  Segundo, que lo hiciera unos dÃas antes de las elecciones demuestra una motivación partidista y electoralista.
3.  Tercero, hacerlo con un propietario que no cumple los requisitos que exige la ley de contratos con la administración, como conocÃa el Sr. Pita por los informes que asà lo advertÃan de los técnicos del Concello, supone rondar el delito de prevaricación.
4.  Y cuarto, el precio de la opción de compra era tan absolutamente disparatado (el local no vale ni la mitad) que, de haberse concretado, podrÃamos estar hablando de malversación de fondos públicos. O el Sr. Pita es el peor negociador de la historia o daba igual el precio con tal de tener un reclamo para ganar unos votos. En qué cabeza entra comprar un edificio con problemas de accesibilidad por casi un millón de €, cuando puedes acabar por la mitad el edificio de O Revel.
Después de tanto despropósito y 14 meses de engaños a los vecinos de Vilalonga, el tripartito ha decidido apostar por el edificio social de O Revel, del que renegaban cuando estaban en la oposición. Pero para que el cambio sea creÃble y no parezca otro intento más de comprar tiempo, el Sr. Pita deberÃa empezar por reconocer, al menos, 2 cosas. Una: que se equivocó cuando firmó la opción de compra. Dos: que ha jugado con las esperanza de los vecinos de Vilalonga al prometer lo que sabÃa que no era posible.
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