En septiembre de 2015 la Diputación y el Alcalde de Sanxenxo tomaron la decisión de paralizar la ejecución de la mejora de la avenida Luis Rocafort, que estaba adjudicada y a punto de iniciarse. Alegaron supuestas deficiencias, como que no se contemplaba la sustitución de las tuberías de saneamiento o que el proyecto no abarcaba toda la calle. Pero el PP demostró que ambas excusas no eran ciertas. Finalmente, acabaron justificando la paralización por la inclusión de 7 lombos a lo largo de una calle que mide 580 m, un lombo cada 82 m.

En abril de 2016 la Diputación y el Alcalde anunciaron que se acometería un nuevo proyecto valorado en 1,7 M€, de los cuales la Diputación aportaría el 70%. Se comprometieron a aprovechar el verano para licitar y adjudicar dicho proyecto, que se empezaría a ejecutar este otoño para concluirlo antes del verano de 2017.

Los anuncios son muy fáciles de hacer, pero los hechos son los que acaban distinguiendo la propaganda de la realidad. Y los hechos son que no se ha cumplido el compromiso de adjudicar un nuevo proyecto este verano y, lo que es más grave, a 6 de septiembre la Diputación ni siquiera cuenta con un proyecto técnico para poder licitar la mejora de la avenida Luis Rocafort.

En conclusión, la reforma de Luis Rocafort, que tendría que haberse iniciado en octubre de 2015, en el mejor de los casos no se podrá empezar hasta el 2017. Y eso si finalmente se hace, porque la debilidad de las excusas esgrimidas para justificar la paralización del proyecto que estaba adjudicado y los retrasos del nuevo, nos hacen dudar de las verdaderas intenciones de la Diputación y del tripartito.

Exigimos que el Alcalde dé una explicación pública sobre el retraso de la reforma de la avenida Luis Rocafort. Que explique por qué no se ha adjudicado este verano como se comprometieron ambas administraciones y por qué todavía no existe ni siquiera un proyecto que permita licitar la reforma.

El Alcalde lleva 12 meses callado, escondiéndose detrás de las excusas esgrimidas por la Diputación. A estas alturas hay dos opciones: o el tripartito carece del peso y la capacidad de gestión necesarias para influir en la Diputación o está siendo cómplice del engaño y el desdén con el que el organismo provincial trata a los vecinos de Sanxenxo.