El tripartito tiene que rectificar (2)
En el anterior comentario del mismo tÃtulo sostuve que el tripartito todavÃa no habÃa asimilado la primera lección que aprende cualquier gobierno: que la oposición está también para criticarle. Un gobierno que se precie contesta a las crÃticas de la oposición con acción de gobierno, es decir, mejorando los servicios públicos e impulsando los proyectos necesarios. Sin embargo, el tripartito recurre a la difamación para contrarrestar las crÃticas. Allá ellos, pero deberÃan saber que asà solo convencen a los más fanáticos.
La segunda conclusión a la que llega cualquier gobierno es que la propaganda puede ser muy útil siempre que detrás haya “feitos”, haya realidades; es decir, mejoras sustanciales que perciban los vecinos. De momento no es el caso del tripartito. Todo lo contrario, intentan con notas de prensa dar a entender que ponen en marcha proyectos o mejoras importantes, pero luego pasan las semanas y los meses y la propaganda no es acompañada por la realidad.
Recientemente, el tripartito difundÃa una nota de prensa que se hacÃa eco de la visita del Alcalde y dos de sus concejales a un camino vecinal de 250 m que se habÃa asfaltado y dotado de agua. HabÃa una total desproporción entre la importancia de la actuación (por algo no se daba la cifra concreta de la inversión) y tanto miembro del gobierno para salir en la foto.
La autocomplacencia hace estragos en el tripartito. Ya no es que no resuelvan los problemas más sencillos, además se autoengañan porque no quieren reconocer que no están cumpliendo. En septiembre pudimos leer en la prensa sendas entrevistas de la concejala de cultura y su compañero de turismo. HacÃan un balance tan complaciente sobre las actividades que una y otro habÃan organizado durante el verano, que cualquiera que leyera las entrevistas pensarÃa que los concejales habÃan perdido el sentido de la realidad.
El tripartito sabrá lo que hace, pero lo que es evidente es que hasta la fecha no ha dado la talla. HacÃa mucho tiempo que en Sanxenxo no fallaban tanto los servicios más básicos y que el gobierno responsable de ellos ni siquiera lo reconociera. Si en lugar de ocuparse en corregir sus defectos siguen empeñados en difamar a cualquiera que les critique estarán cavando su propia tumba polÃtica.
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