El proyecto de reforma de Luis Rocafort, que ha impuesto la parte nacionalista de la Diputación al Concello de Sanxenxo, incluye 16 pasos elevados (lombos) en los 600 metros que tiene la calle. Lo que significa un paso elevado cada 37 metros. ¿Un poco exagerado, no? Una cosa es dar prioridad al peatón, y otra muy distinta someter a los conductores a una yincana que, además, generará ruido con el paso de los coches en las viviendas cercanas.

Para conseguir que los coches circulen despacio no es necesario hacer 16 pasos elevados. La mejor prueba es la avenida de Madrid, que reformamos en el año 2001, y en la que los vehículos circulan a la velocidad adecuada, pese a tener solo dos pasos elevados en sus 600 metros.

La Diputación y el Concello están a tiempo de rectificar. Si no lo hacen ahora, lo tendrán que hacer más adelante, cuando arrecien las quejas de vecinos y conductores por las molestias. ¿O es que el diseño urbano de Sanxenxo lo decide el BNG de Mosquera?

Avenida de Madrid