El pasado 27 de diciembre aprobamos en el Pleno el presupuesto del 2018, que asciende a 31,9 M€. No sé cuantos años, pero ya hace muchos, que Sanxenxo no conseguía aprobar su presupuesto en “tiempo y forma”, es decir, como exige la Ley antes de iniciarse el año.

A principios de octubre ya aprobamos el presupuesto de 2017 que, en junio, cuando tomamos posesión como gobierno, todavía estaba sin aprobar, pese a haber transcurrido 6 meses del año. En cinco meses, por tanto, el gobierno ha tenido que aprobar 2 presupuestos para ponerse al día en materia presupuestaria.

El anterior concejal de hacienda, máximo responsable de no aprobar el presupuesto del 2017 cuando correspondía, en lugar de presentar sus enmiendas ha preferido descalificar el nuevo presupuesto. El suyo, desde luego, no puede ser calificado, porque sencillamente no lo aprobó.

La aprobación de los presupuestos de 2017 y 2018 en tan poco tiempo, además de poner el “reloj en hora” desde el punto de vista económico, permite recuperar capacidad de gestión para hacer proyectos financiados con fondos propios y en colaboración con otras administraciones.

Durante los próximos meses se verán los resultados de este esfuerzo.