Hace un par de semanas hicimos un balance muy negativo del primer año del gobierno. Los “feitos” hablan por sí solos y la opinión, cada vez más generalizada entre los vecinos, es que el gobierno no funciona. Es normal que un nuevo gobierno tenga dudas en sus primeros meses, pero cuando cumple su primer año sin levantar el vuelo, incluso peor de cómo lo inició, la situación ya solo puede ir a peor.

El ejemplo más reciente de la situación en la que se encuentra el gobierno ocurrió en el último pleno. El tripartito fue incapaz de sumar una mayoría suficiente para aprobar los presupuestos. Y lo peor de todo es que el gobierno fue al Pleno “a ver si sonaba la flauta”, ya que en los días previos ni siquiera hizo el intento de llamar al PP para consensuar el apoyo.

8 concejales pueden ser suficientes para salir del paso, pero no para gobernar Sanxenxo, un concello especialmente complejo. En resumen, Sanxenxo no va bien y, lo que es peor, tiene pinta de que la situación va a empeorar. Por eso convendría que el Sr. Pita, los concejales de SAL y, en general, las personas que forman parte de ese partido, reflexionen y piensen en lo mejor para los vecinos de Sanxenxo.

En este sentido, el Partido Popular está dispuesto a retomar el diálogo y las negociaciones con SAL para buscar una solución que permita mejorar la situación actual. Ofrecemos un diálogo sincero que podría desembocar en la formación de un nuevo gobierno más estable y más eficaz.

Estamos dispuestos a dialogar desde la generosidad, para que nadie se sienta perjudicado y para que el interés general de Sanxenxo prevalezca por encima de cualquier otro. Todo se puede hablar, todo se puede contemplar si las partes que se sientan en una mesa son conscientes de la situación de partida y de las oportunidades que se pueden aprovechar en lo que queda de legislatura.

Queremos decirles a los vecinos de Sanxenxo que el PP está dispuesto a arrimar el hombro, que el PP está dispuesto a trabajar muy duro para aprovechar al máximo los próximos 3 años, para que podamos hacer realidad los proyectos y las mejoras que no se han puesto en marcha en el primer año de legislatura.