Casi la totalidad de los análisis electorales coinciden en que los votantes se han decantado por candidatos que ofrecen resultados y partidos con experiencia de gobierno. Feijoo y Urkullu, a los que les ha tocado gobernar los peores años de la crisis, han sabido hacerlo con realismo, austeridad y sin concesiones al populismo.

Por el contrario, los electores han penalizado especialmente al PSOE que, desde mi humilde punto de vista, no levanta cabeza desde que renunció a ganar las elecciones para conformarse con ser segundo y gobernar gracias a los pactos con otros partidos.

Así lo confirman los datos. En Galicia los socialistas, desde el bipartito, han perdido el 47% de sus votos. En el País Vasco se han dejado el 61% en los últimos 8 años. Por su parte, los socialistas catalanes, desde el famoso tripartito, han perdido el 67% de sus apoyos. Por tanto, no hay que ser un lince para darse cuenta de que el PSOE necesita replantearse su estrategia y discurso, de lo contrario tendrá militantes cada vez más fieles, pero también menos votantes.

En Sanxenxo el Partido Popular ha obtenido un apoyo extraordinario, en concreto el 53,9% de los votos, 4 puntos porcentuales más que en 2012. 6 puntos más que la media del PP en la Comarca del Salnés, 10 puntos más que la media de la provincia y 6 puntos más que la media de Galicia.

Quizás sea porque los vecinos de Sanxenxo ya han probado lo que significa un gobierno tripartito cuya base es “todos contra el PP, lo importante es tocar poder y si luego no somos capaces de solucionar los problemas, ya tendremos a quien echarle la culpa…”