Es triste, pero es asÃ
Las redes sociales son una excelente herramienta de comunicación, pero también se han convertido en un espacio de impunidad para difamadores. En Sanxenxo tenemos alguna cuenta de Facebook que se presenta como portal de noticias y, sin embargo, solo difunde opiniones, muy respetables, pero nada que ver con la información. Por si fuera poco, quienes opinan ni siquiera se identifican. Aunque resulta fácil saber quiénes y qué intereses están detrás.
También es frecuente la utilización de perfiles anónimos con enlaces a informaciones difamatorias para contrarrestar los comentarios crÃticos que hacemos al tripartito. Perfiles que cambian de nombres, aunque detrás siempre están las mismas personas: el tripartito y sus colaboradores. Tenemos pruebas de ello.
Es triste que el gobierno, además de no gestionar bien, dedique su tiempo a difamar a la oposición. Y con tal descaro que no le importa que las mismas insidias que divulga en sus notas de prensa aparezcan en los ataques de los perfiles anónimos.
Os preguntaréis por qué no los borramos. Porque “ladran, luego cabalgamos”, que dirÃa Don Quijote. Si los difamadores del tripartito se movilizan es la mejor señal de que acertamos en nuestras crÃticas. De lo contrario, se conformarÃan con dar sus argumentos.
La estrategia de la difamación está en el origen del tripartito. Si durante las municipales perciben que el PP puede acercarse a la mayorÃa absoluta, entonces, David Otero (un difamador muy entrenado por el BNG) me acusa de cometer ilegalidades en el convenio que firmé con el Arzobispado de Santiago cuando era alcalde. Y la que hoy es su jefa de prensa, lo publica a toda página, sin más fundamento que la opinión de un rival polÃtico. Estoy esperando la denuncia en el juzgado.
Si torcemos la voluntad del gobierno y aprobamos una reducción del 10% del IBI, en lugar de encajarlo, acusan falsamente a Marcos Guisasola de beneficiarse de las pólizas de seguros. Si criticamos el fraude de la reforma del puerto de Portonovo, entonces primero me difaman a mà y dos dÃas más tarde, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, a MarÃa Deza y Marcos Guisasola.
En definitiva, hay polÃticos que tienen que compensar su poca capacidad de gestión y su escaso gancho para ganar elecciones calumniando al adversario.
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